En ocasiones por mucho tiempo soportamos cosas que nos hieren y que no nos permiten ser felices, solo por ser "fuertes" o por querer complacer y darle felicidad a alguien más. Dejamos de lado nuestros sueños, nos olvidamos de nosotros y de lo que valemos, le damos más importancia a lo que puedan decir los demás que a lo que sentimos; cuando esto ocurre le damos poder a las personas que nos restan bienestar, los dejamos entrar a nuestras vidas y acabar con ellas, dejamos que nos perjudiquen y todo para que ellos sean felices.
Cuando intentas que todos sean felices lo único que logras es tu infelicidad, los seres humanos por lo general somos muy inconformes y poco agradecidos y, si nos olvidamos de el gran valor que tenemos se van a aprovechar de eso y del cariño que sentimos por ellos, siempre van a exigir más, y cuando ya no puedas entonces te van a juzgar y a lastimar.
Dejar de preocuparnos por quienes no nos valoran no nos hace egoísta, al contrario es egoísta dejar de lado el amor propio. Si empezamos a querernos, respetarnos y a alejarnos de todos y todo aquello que nos hace mal, entonces, quienes si nos hacen bien estaran alegres por nosotros y tendremos más oportunidades de ayudar a otros.
Alejarte de situaciones o personas interrumpen tu armonía, que te alejan de lo que te gusta , de lo que te da paz y alegría, no te hace menos valiente te hace mas feliz; no es bueno aferrarnos a lo que nos hace mal.
Debemos saber cuando alejarnos, no debemos hacernos ni permitir que nos hagan daño. Alejémonos de quienes nos restan y rodeémonos de quienes nos suman, alejémonos de quienes apagan nuestras risas y rodeémonos de quienes están dispuestos a reírse con nosotros.
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| Es mejor que te llamen egoísta a que te conviertas en masoquista. |
